Os traemos una receta divertida y fácil de preparar que tiene como ingrediente principal el huevo.
Aunque éste tuvo una temporada de mala fama hace unos años, actualmente goza de muy buena reputación por contener vitaminas, ácido fólico, minerales, luteína y colina. Y como en esta receta se utiliza cocido, no aporta calorías de más.
Además esta elaboración puede ser de ayuda para los niños y niñas a las que no les gusta probar cosas nuevas ya que al ser un plato vistoso, puede que se animen a hacerlo. Esto es lo que vamos a necesitar para poder disfrutarla:
- Huevos
- Colorante alimenticio (se vende en supermercados para repostería)
- Agua
La receta consiste en cocer los huevos, y cuando ya estén duros, pelarlos (los peques pueden entretenerse un rato con esto pero habrá que enfriarlos bien) y partirlos por la mitad. Sacamos la yema y la reservamos para el relleno o la decoración.
Por otro lado preparamos cuencos con agua y añadimos un color distinto en cada bol, removiendo para que el colorante se disuelva bien. Una vez preparados los colores, sumergimos los huevos (únicamente la clara) en el agua coloreada y los dejamos ahí hasta que estén bien tintados.
Ahora ya solo queda preparar el relleno. Nuestro consejo es que los rellenéis de algo frío, ya que los rellenos calientes suelen necesitar horno y en ese caso los colores pueden estropearse un poco.
Aquí van unas ideas sencillas para el relleno:
- El clásico atún con mayonesa
- Algo más exótico: guacamole (aguacate, tomate, cebolleta, cilantro y limón)
- La tradicional ensaladilla rusa (así aprovechamos para introducir verduras…)
- Una opción ligera: encurtidos (yogur griego, mostaza de Dijon, alcaparras y pepinillos en vinagre u otros encurtidos al gusto)
Esperamos que os animéis a hacerla y ¡buen provecho!